Antoni Gómez: “Es esencial la auditoría sistemática de los proyectos ligados a los fondos Next Generation”
Los próximos 1 y 2 de julio tendrá lugar la 31 edición del “Fórum del Auditor Profesional”, organizada un año más por el Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya. Desde el magnífico escenario del Palau Maricel de Sitges, el Fórum vuelve a sus orígenes con un nuevo formato, donde recupera la vertiente presencial, con la programación complementaria de sesiones virtuales en directo y diferido.
Con el lema “Sumando por la recuperación”, en estas dos jornadas se van a desarrollar un interesante programa, con cuatro sesiones plenarias y 13 sesiones técnicas.
El presidente del Col·legi, Antoni Gómez, nos presenta en la siguiente entrevista los principales temas que se tratarán en el Fórum y reflexiona sobre situación actual de la profesión, cuando estamos saliendo de la pandemia, parece que se inicia la recuperación y se espera la llegada de los Fondos Next Generation.
¿Qué temas principales destacaría en esta nueva edición del Fórum?
Esta edición del Fórum tiene por título “Sumando por la Recuperación”. Llega en un momento en que los signos de recuperación económica y social son evidentes, y buena parte de las sesiones se orientarán a reflexionar sobre las claves de ese nuevo entorno. Así hablaremos de empresas sostenibles en ese nuevo tiempo, de los retos de la sociedad post pandemia, de las perspectivas económicas y de los fondos europeos, en definitiva. De la mano de ponentes de extraordinaria cualificación, pasaremos revista a los temas que serán de la máxima importancia en los próximos meses.
Y desde luego abordaremos también todos los temas de actualidad y de interés para nuestra profesión. El Fórum es el evento que nos facilita tomar el pulso a lo que en cada momento interesa al auditor.
¿Qué retos se le plantean a la auditoría en esta etapa de recuperación?
El futuro próximo vendrá marcado por la recuperación, pero también por la transformación de nuestra economía. Sin duda los fondos europeos serán claves en ese proceso. Tenemos la oportunidad de que nuestras empresas salgan reforzadas para jugar un papel decisivo en pro de una sociedad más moderna, justa y sostenible.
Los auditores hemos de responder al interés público de nuestra función, contribuyendo a la transparencia y la confianza en esos procesos de transformación. Nuestros clientes se han de adaptar a un nuevo entorno económico y social -y nosotros con ellos- para entenderlo, analizarlo y opinar sobre sus impactos en términos financieros y no financieros. Un entorno más complejo, con mayor peso de la tecnología y la sostenibilidad, que requerirá de los auditores una adaptación permanente.
Se hablará de la inteligencia artificial al servicio de la auditoría. ¿Cuál es su punto de vista?
La tecnología es un elemento importantísimo para facilitar al auditor su trabajo. Le permite disponer de más herramientas para aplicar los elementos esenciales de su actuación: el escepticismo profesional y su juicio, fundamentado en su metodología, su formación y su experiencia.
Los auditores hace tiempo estamos inmersos en la transformación tecnológica de nuestras firmas. Una buena prueba de ello ha sido la excelente respuesta a la situación creada por la pandemia. Se ha atendido a los clientes, gestionado los equipos y realizados los trabajos con los calendarios y la calidad requeridos.
Las herramientas tecnológicas al servicio de la auditoria evolucionan a gran velocidad, y con independencia de desarrollos propios, existen un buen número de proveedores de soluciones altamente cualificados que ofrecen alternativas cada vez más avanzadas, de interés especialmente para pequeñas y medianas firmas. Específicamente la inteligencia artificial facilita, por ejemplo, la detección de situaciones anómalas en las que el auditor puede centrar su atención. Sin duda este es un aspecto que en el futuro conocerá grandes desarrollos.
¿Y respecto al control de los fondos europeos Next Generation?
Se trata de un asunto de enorme trascendencia. Estamos hablando de una suma ingente, sumando las subvenciones y los créditos, de 140.000 millones de euros, lo que supone casi un 12,5% del PIB de nuestro país. Además del impacto en la recuperación de nuestra economía, una de la más afectadas por la pandemia, ha de significar un paso decisivo en el impulso tecnológico y en la sostenibilidad.
Es esencial la auditoria sistemática de los proyectos ligados a los fondos Next Generation para asegurar que se aplican de acuerdo con los criterios y para los fines para los que han sido otorgados. Por el volumen de recursos y proyectos a realizar en un periodo acotado de tiempo, los auditores somos la solución para realizar las revisiones. La transparencia en este aspecto -como en muchos otros- es clave para la confianza de la ciudadanía, y para el prestigio internacional de nuestro país.
¿Preocupa la ciberseguridad?
La enorme dependencia respecto de la tecnología en todas las actividades económicas hace que la vulnerabilidad de los sistemas sea uno de los riesgos más importantes a considerar. Como auditores nos preocupa además la solidez de los procesos, no solo respecto de injerencias externas o ataques que puedan comprometer la continuidad de las operaciones o un grave perjuicio económico o reputacional, sino también, aquellas brechas de seguridad en el control interno, que puedan suponer falta de integridad de los datos o alteraciones de estos.
Nuestro trabajo como auditores ha de considerar la confianza que nos merecen los sistemas tecnológicos de las empresas y sus potenciales debilidades, para orientan nuestras evidencias respecto de las cifras analizadas. En ese sentido, nuestras firmas son cada vez más multidisciplinares, incorporando perfiles tecnológicos que revisan la seguridad de los controles en los sistemas informáticos y de comunicaciones.
Y ya para acabar, ¿cómo ve el futuro de la profesión?
Estoy convencido de que nuestra profesión tendrá una importancia creciente. Las organizaciones son cada vez más complejas y realizan operaciones más sofisticadas, y la confianza en las informaciones que divulgan, absolutamente crucial para el buen funcionamiento de la economía.
Es preciso que profesionales independientes, sujetos a unas normas de independencia y de ética, con un alto nivel de formación y experiencia, revisen las informaciones tanto financieras como de sostenibilidad, que publican las empresas y el sector público. Sigue siendo de la máxima importancia nuestra aportación al interés público, contribuyendo a la transparencia y la confianza en la información.
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