Jaime del Olmo: “Hay desinformación sobre las ventajas de ser auditor”
 
25.01.2024. Jaime del Olmo Casalderrey, auditor y socio de Deloitte durante muchos años, cuenta con una gran trayectoria auditando las más grandes compañías de Galicia. En la actualidad es profesor universitario en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Vigo. Del Olmo observa un gran interés por parte del alumnado en la auditoría como profesión. Sin embargo, cree que todavía hay cierto desconocimiento sobre sus virtudes y la versatilidad que da la experiencia como auditor. “Existe cierta desinformación sobre las ventajas que presenta la profesión. Sin embargo, sí parecen tener claros los inconvenientes. La auditoría es la puerta de acceso a muchas otras oportunidades futuras de trabajos relacionados con el ámbito de la contabilidad y las finanzas”, valora el auditor.
 
Como profesor universitario, ¿detectas interés por parte del alumnado por la auditoría?
Sí, sin duda. Una gran mayoría del alumnado conoce perfectamente que la auditoría es una actividad profesional en la que existe actualmente una gran demanda que les va a permitir, tras su graduación, incorporarse al mundo laboral de forma inmediata.
 
El inconveniente se presenta al ver que el número de estudiantes interesados se ha reducido considerablemente. El motivo de la reducción puede atrubuirse a varios factores, como, por ejemplo, a la existencia de otras alternativas que también pueden resultar atractivas y que no están sometidas a una regulación y supervisión tan exigente. Dicho de otra manera, el mercado parece no compensar con retribuciones y otros beneficios el esfuerzo a realizar y las responsabilidades a asumir por los potenciales nuevos auditores.
 
¿Consideras que los estudiantes están suficientemente informados sobre las salidas profesionales que tiene la auditoría?
Existe cierta desinformación sobre las ventajas que presenta la profesión. Sin embargo, sí parecen tener claros los inconvenientes. La auditoría como profesión, frente a otras opciones, ofrece aspectos muy positivos, como puede ser la del trabajo en equipo, la posibilidad de conocer numerosos sectores y ámbitos geográficos o la amplia visión que proporciona del mundo empresarial. Además, es sin duda la puerta de acceso a muchas otras oportunidades futuras de trabajos relacionados con el ámbito de la contabilidad y las finanzas.
 
Por otro lado, la formación continua obligatoria ha contribuido a la creación de programas de desarrollo destinados a empleados y profesionales por parte de las firmas y despachos que resulta ser una herramienta fundamental para ganar conocimientos y experiencia en múltiples ámbitos de la empresa.
 
¿Crees que la profesión ha cambiado mucho a lo largo de tus años de trabajo como auditor?
La profesión no ha cambiado en lo sustancial. El enfoque de nuestro trabajo sigue siendo un enfoque de riesgo, basado en la identificación y evaluación de los riesgos que pueden afectar a las cuentas anuales a partir de nuestro análisis de la información financiera, y el objetivo sigue siendo el de proporcionar seguridad sobre la fiabilidad y adecuación de los estados financieros.
 
Desde estos mismos fundamentos, a medida que han avanzado los negocios en complejidad, también lo han hecho la normativa contable y las normas de auditoría, lo que origina un trabajo mucho más técnico y sofisticado por parte del auditor que implica más especialización y el incremento en el uso de nuevas tecnologías.
 
Lo que sí ha cambiado es, por un lado, precisamente el grado de uso de la tecnología, y también la forma de pensar de los más jóvenes. El equilibrio entre la vida personal y laboral es un objetivo prioritario para las personas que actualmente se incorporan a la vida profesional, y las firmas y los despachos de auditores han de tenerlo presente si quieren atraerlos.
 
¿Cómo imaginas el futuro de la auditoría?
Los accionistas, inversores y demás grupos de interés cada vez demandan más información corporativa. No solo financiera, sino también sobre sostenibilidad y, en consecuencia, la necesidad de proporcionar seguridad por parte de los auditores sobre la fiabilidad y adecuación de esa información irá en aumento y, por lo tanto, también la actividad de auditoría.
 
En este contexto, la profesión se enfrenta a lo que yo creo que son dos retos importantes: por un lado, la gestión del talento, es decir, la capacidad para atraer y retener a los profesionales; y, por otro lado, el impacto de las nuevas tecnologías, big data, data mining, IA Generativa, etc., que eliminarán tareas repetitivas, contribuirán a la automatización de procesos o a ganar eficiencia. En definitiva, a hacer más trabajo con menos esfuerzo, lo que permitirá dedicar más horas a la recapacitación de los profesionales y mejorar el modelo de bienestar.
 
Fotografía: Punto GA-Miguel Riopa.

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