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Mónica Legaspi: “La intervención está para mejorar la vida económica del ayuntamiento”
23.01.2023. Mónica Legaspi Díaz (Lugo, 1973) es desde 2011 la interventora de la diputación de Ourense y profesora en el grado de Economía y de Administración y Dirección de Empresas de la ciudad aurea. Para la profesional con más de dos décadas de experiencia en la intervención, uno de los principales retos de la intervención está en que sea más escuchada desde el punto de vista político. “Debemos concienciar en que la intervención está para mejorar el a día a día de la vida económica del ayuntamiento u organismo”, destaca Legaspi.
¿Cómo definiría la intervención pública?
La intervención municipal fiscaliza la actividad económica de los ayuntamientos, desde la aprobación de un proyecto al pago del mismo. Los interventores públicos somos los responsables de asegurarnos que los entes públicos funcionan como deben funcionar.
¿Cómo valora la implantación del control interno en los ayuntamientos?
Desde que en 2017, el legislador decreta que los interventores deben reforzar su vigilancia sobre el desarrollo de los proyectos, se elaboran planes anuales de control. Los planes se ajustan a las características de cada ente público para fijarse en aquello que pueda tener un mayor riesgo de error. Normalmente se hace por una cuestión cuantitativa y de probabilidad. Si en un ayuntamiento, por ejemplo, el 65% del gasto es de personal, es más probable que haya algún error asociado. Si vemos en control interno como una matriz DAFO, para nosotros la debilidad siempre puede estar en la partida de mayor gasto.
El plan de cada año va acompañado de detecciones de riesgos, así como de recomendaciones. La puesta en marcha es desigual según el tamaño del ayuntamiento y está más extendido entrs los más grandes, pues implica medios, ganas, tiempo y trabajo. La implantación es difícil, pero es un cambio atómico, algo pequeño que dará grandes resultados.
¿Cómo afecta la transformación digital en el sector público? ¿Puede ser garante de transparencia?
A nivel transparencia, en los últimos años, se ha mejorado mucho con la puesta en marcha de los portales de transparencia. La transformación digital está todavía en un momento iniciático en el que hay graves dificultades por la descoordinación entre organizaciones y plataformas.
¿Cuál diría que es la clave de una buena auditoría?
Los auditores privados nada tienen que ver con los auditores públicos, puess los requisitos que nos rigen son diferentes. El mejor auditor, interventor, de unas cuentas públicas es el que se coordina con el funcionario que las elaboró, ya que es la persona que mejor las conoce y es más consciente de sus problemas y fallos.
¿Cuáles son los retos de mejora que debe afrontar la intervención?
Debemos caminar hacia un mayor control interno y a revisar el trabajo que hacemos, que siempre es susceptible de mejora. Por otra parte, es importante una mayor coordinación entre las áreas de recaudación y contabilidad. Por último, es necesario que se le haga un mayor caso político a las intervenciones. Debemos concienciar en que la intervención está para mejorar el a día a día de la vida económica del ayuntamiento u organismo.
¿Qué puede aprender la auditoría pública de la privada y viceversa?
Los dos podemos aprender. La contabilidad privada valora cuestiones en las que la contabilidad pública está más atrasada como, por ejemplo, el dar una imagen fiel del patrimonio. En la contabilidad pública, la amortización no suele considerarse al no tener que pagar impuesto de sociedades y aunque no aporte desde un punto de vista práctico, sí lo haría para dar una imagen fiel del patrimonio.
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