Santiago Durán: “La auditoría ayuda a atraer inversiones”
25.02.2021. El presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), Santiago Durán, subraya la importancia de la auditoría para constatar la solvencia de un país y sus empresas. “En España se realizan 60.000 informes de auditoría al año que garantizan que la información financiera del país es fiable y fundamental para captar inversores”, explica Durán. En su primer año de mandato, valora como muy positivos los cambios conseguidos y el diálogo que se ha establecido entre el ICAC, economistas y auditores. El objetivo para este 2021 es continuar extendiendo y dinamizando las inspecciones, no solo en grandes auditoras, sino en firmas y despachos de mediano tamaño. En un año que se presenta lleno de cambios a la hora de auditar las compañías, y con la reciente publicación del nuevo reglamento de auditoría en el BOE, Durán insiste en que hay que continuar trabajando para garantizar la calidad del trabajo de los auditores en España.
PREGUNTA. Tras un año como presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), ¿ha conseguido transformarlo?
R. Transformar en un año como este, en el que estamos sumidos en tantos cambios y tan rápidos, es muy complicado. Sí puedo decir que hemos evolucionado y realizado cambios importantes, cumpliendo con los objetivos marcados el pasado 2020. Uno de los objetivos fundamentales era intentar extender las actuaciones de control a un mayor número de firmas de auditoría y auditores independientes buscando que se beneficiaran de la revisión de su control de calidad por parte del ICAC. Es una exigencia de la Ley de Auditoría, cuyo Reglamento de desarrollo se ha publicado en el BOE recientemente, y creo que lo hemos conseguido.
P. ¿Cómo se ha materializado este incremento de actuaciones de control?
R. Intentamos cumplir los ciclos periódicos de la inspección que marca la normativa europea. En España, con más de 11.000 auditores y sociedades de auditoría, es difícil, ya que son muy ambiciosos. Actualmente trabajamos en dinamizar las inspecciones y extenderlas, procurando que este año 2021 continúe su incremento. Estamos cambiando, además, nuestra relación con el sector y es más fácil ver que está siendo positiva. En el ámbito normativo, por ejemplo, acabamos de publicar en el BOE el reglamento de auditoría, que ha sido el resultado de un alto grado de consenso con auditores y economistas. Hemos llegado a un entendimiento en cantidad de aspectos que reflejan las inquietudes del sector gracias al alto grado de implicación y diálogo entre el ICAC y los profesionales que participan en la gestión y elaboración de la información financiera.
P. Dentro del nuevo reglamento de auditoría, ¿cuáles son los aspectos más importantes que se introducen?
R. El nuevo reglamento viene a regular y aclarar aspectos que ya estaban en la Ley. Para los auditores, son muy importantes todos aquellos asuntos vinculados a su organización interna como, por ejemplo, el principio de proporcionalidad, que nos va a obligar a seguir colaborando con las organizaciones y los auditores para encontrar la mejor aplicación de la norma. Lo fundamental de este reglamento es que ha concretado muchas cosas: servicios permitidos y no permitidos, cómo se debe realizar el archivo de la información en la auditoría, etc. Más que pensar que es una norma nueva, es el desarrollo de una Ley que aclara muchos conceptos incluidos en la Ley de Auditoría, que a su vez deriva de la normativa europea de auditoría.
P. Si hablamos de este nuevo reglamento de auditoría y la controvertida ‘independencia del auditor’, ¿se explica, por fin, en qué casos un auditor no es independiente?
R. El reglamento aclara el contenido de la propia Ley de Auditoría. Las exigencias en relación a la independencia de los auditores son exigencias de la normativa comunitaria europea, siendo en otros países mayor incluso que en España. Creo que con el reglamento queda mucho más claro qué tiene que hacer el auditor respecto al establecimiento de salvaguardas y su adecuada documentación, y también respecto al análisis de los servicios que puede ofrecer dentro de su despacho o firma de auditoría.
P. En cuanto a la organización interna, ¿se está trabajando en algún tipo de normativa que ajuste todavía más las exigencias de organización en función del tamaño de los despachos de auditoría? ¿Los pequeños despachos podrán adaptarse a la norma o tendrán que desaparecer?
R. Uno de los aspectos que se consideró para establecer el nuevo reglamento fue la proporcionalidad. Todavía quedan asuntos pendientes de concretar, pero incluye aspectos clave tan fundamentales como la exigencia de una organización interna adecuada. Uno de los puntos en los que más debe apoyarse la evolución de la auditoría es la importancia de la calidad. Detrás de toda esta regulación, la auditoría es un servicio que tiene que ser capaz de transmitir la calidad que hay detrás de su trabajo, a través de unos mecanismos de control interno del auditor que, si son adecuados y están garantizados, son una garantía en sí mismos. Más que del tamaño del despacho, hay que hablar de la calidad del despacho. La exigencia normativa busca mayores garantías para el usuario de información financiera, no tiene que tener efecto alguno en la pervivencia de los pequeños despachos.
P. ¿Qué importancia tiene el trabajo de los auditores en la fiabilidad de la información financiera de nuestro país? ¿Qué pasaría con esta información si los auditores no existieran?
R. Es esencial para la calidad de la información financiera. Es la base, junto con los consejos de administración responsables de su elaboración. Auditar las cuentas, bien sea por obligación o bien por voluntad de la compañía, nos da la garantía de que las cuentas expresan lo que realmente están diciendo esas empresas. La percepción que se tiene del auditor es errónea, muchas veces vinculada en los medios de comunicación a determinados escándalos que no son más que anecdóticos, pero es una figura fundamental. En España se realizan 60.000 informes de auditoría al año que garantizan que la información financiera del país es fiable, lo que es fundamental para captar inversores. El auditor presta un servicio fundamental para que la economía de los países funcione, por eso cuanta más transparencia haya respecto a su trabajo y sus funciones, más beneficioso será para la economía en general, porque ellos mismos generarán la confianza, primero en su trabajo y después en la información financiera de las empresas españolas.
P. ¿Cómo podemos trasladar esta importancia del auditor en la economía a la sociedad para que obtenga ese reconocimiento que ahora mismo no llega a trascender?
R. Es, en parte, complicado, ya que es más impactante un gran escándalo financiero que una noticia sobre que a determinada empresa le va bien. Todos los que participamos en la información financiera tenemos que ser capaces de transmitir el trabajo que hacen los auditores. Hay que hacer un ejercicio de transparencia: ¿son capaces los auditores de transmitir todo lo que hacen? ¿son lo suficientemente transparentes? ¿son capaces de hacer llegar a las corporaciones la importancia de su trabajo? Más que en formación o actividades internas con asociados, hay que pensar cómo transmitirlo hacia fuera. Hay que hacer un esfuerzo de transparencia y comunicación.
P. ¿Existe alguna particularidad en el trabajo que realizan los auditores en Galicia?
R. La ventaja de una regulación uniforme es que garantiza la uniformidad de la profesión en todo el territorio en España. Nuestra función de supervisión es muy similar en cualquier comunidad.
Cuando hay crisis, hay mayor riesgo en el trabajo de los auditores, en particular por el mayor riesgo de fraude. También son cuestiones esenciales la aplicación del principio de empresa en funcionamiento (uno de los principios contables que establece que al crearse una empresa se supone que ésta va a "vivir" durante un futuro) , o la obtención de evidencia de auditoría, en cuanto a tener que estar trabajando a distancia hace más complicado, en general, conseguir la evidencia de auditoría, así como la realización de los procedimientos para la obtención de evidencias que apoyen sus informes. Es una situación de mayor dificultad que los auditores resolverán con profesionalidad y el apoyo de la formación en aspectos novedosos para enfrentarse a los cambios en la forma actual de gestionar las empresas.