Verónica Val: “Todos deberíamos ensalzar la auditoría”
 
12.04.2023. Es una de las auditoras gallegas más jóvenes en activo, pero Verónica Val (Covelo, 1986), directora de auditoría en Auren, cuenta a sus espaldas con más de diez años de experiencia en la profesión. Para ella, la auditoría aporta a quien la ejerce una visión muy amplia del funcionamiento de las compañías y anima a ponerla en valor. “Todos los profesionales del sector, especialmente los que todavía tenemos menos de 40 años, deberíamos ensalzar nuestra profesión”, afirma.
 
¿Por qué escogiste ser auditora?
Cuando decidí dedicarme a la auditoría, lo vi como una oportunidad para seguir aprendiendo después de haber finalizado mi carrera universitaria. Entendía que mis primeras oportunidades laborales debían ser una continuación de mi formación universitaria y, en este sentido, la auditoría te permite obtener una visión 360 de una empresa.
 
No estaba en mi mente dedicarme a la auditoría tantos años, veía la profesión como un trampolín hacia otras oportunidades laborales porque era evidente que los auditores estaban muy valorados, por ejemplo, en los departamentos financieros de las empresas.
 
¿Qué es lo que más te gusta de la profesión?
Sin duda, el dinamismo y el trabajo en equipo. No hay dos empresas iguales, ni dos empresarios iguales. Cada sociedad tiene unas características particulares que la hacen única, no solo por la propia naturaleza de la actividad que desarrollan, sino también porque los empresarios imprimen su carácter y su modo de hacer en su empresa.
 
Año tras año, me he tenido que enfrentar a nuevos retos que me han hecho crecer profesionalmente y es algo que valoro mucho de este trabajo.
 
¿Ves la auditoría como una profesión de futuro?
Considero que esta profesión es de vital importancia y un sello de calidad para las empresas, especialmente en un contexto con tanta incertidumbre como el que llevamos viviendo los últimos años. Sin embargo, se observa en el sector que cada vez son menos los jóvenes que piensan en la auditoría como una profesión de futuro, como una salida natural después de haber finalizado su carrera universitaria.
 
En mi opinión, esto sucede, entre otros, por los siguientes motivos: primero, la gente joven considera que la auditoría es una profesión anticuada, aburrida y con unos horarios imposibles que no te permiten tener vida más allá del trabajo; segundo, la caída de honorarios que se vive en la profesión desde hace ya muchos años contribuye, en gran medida, a un cierto desprestigio; y tercero, la burocratización.
 
Por último, los estudios vinculados a la contabilidad en los centros universitarios resultan poco atractivos, y los responsables docentes deberían ponerlos en valor. Todos los profesionales del sector, especialmente los que todavía tenemos menos de 40 años, deberíamos ensalzar nuestra profesión.
 
¿Cómo te gustaría estar profesionalmente dentro de unos años?
Como comentaba, lo que más valoro de la auditoría es el dinamismo y el trabajo en equipo. Me veo en unos años afrontando nuevas responsabilidades dentro de Auren Auditores, donde desarrollo mi actividad actualmente, e implicándome todavía más en la formación de los más jóvenes y en la gestión de Recursos Humanos. Esta última cuestión es una asignatura pendiente que tenemos en el sector y, desde el posicionamiento en el mercado de una sociedad de auditoría como Auren, el papel es clave para la dignificación de la profesión.
 
¿Crees que el hecho de estar auditada es una garantía de buena salud para las empresas, como indica el informe del ICJCE Galicia en colaboración con la Zona Franca de Vigo?
Sin lugar a duda. Lo observo continuamente en el trabajo, pero es más evidente, por ejemplo, en el momento en que una empresa decide auditar sus cuentas por primera vez. Lo normal en estos casos es detectar aspectos de mejora que siempre se comunican a los responsables de la sociedad.
 
En el momento en el que un empresario decide confiar en un auditor y le plantea los problemas antes de que ya no tengan solución, se crea una simbiosis que resulta muy enriquecedora para ambas partes. Es importante dejar de asociar la imagen del auditor con la del enemigo necesario que únicamente señala los errores cometidos y ver la auditoría de cuentas como un sello de calidad para las sociedades que integran nuestro tejido empresarial. En mi opinión, los empresarios deberían apostar cada vez más por la realización de auditorías voluntarias.
 
Imagen: Punto GA / Miguel Riopa.

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